viernes, 11 de mayo de 2007

Alimentación animal. La Crisis de la melamina

La alerta alimentaria en EEUU por la comida para animales adulterada
ha acabado afectando a más de 5.000 productos comerciales y a granjas
de aves y cerdos

9 de mayo de 2007
MERCÈ FERNÁNDEZ

El pasado mes de marzo las autoridades sanitarias estadounidenses
alertaban, tras varias quejas de consumidores, de un brote de
contaminación alimentaria, presuntamente por melamina, en comida para
animales domésticos. Hasta el momento la contaminación, que no ha
traspasado a ningún país europeo, ha afectado a más de 150 marcas
comerciales y se ha extendido a las granjas de aves y cerdos. El
incidente revela los contrastes entre la legislación de los mercados
occidental y chino.

La preocupación ahora por el brote de contaminación en EEUU es si
puede haber afectado a personas o si existe la posibilidad de que la
materia prima haya llegado a formar parte de productos de consumo
humano. Hasta el momento las autoridades de aquel país descartan tal
riesgo. La alerta no afecta a los países europeos ya que los productos
adulterados no han entrado en la Unión Europea. La alerta empezó a
gestarse el pasado marzo cuando, tras varias quejas de consumidores,
un fabricante de comida para gatos y perros detectó, tras pruebas en
laboratorio, que sus productos provocaban vómitos y fallo renal en los
animales. La empresa inició entonces la retirada de sus productos.
Paralelamente, fueron apareciendo más casos en relación con otras
marcas comerciales.

A día de hoy, y según datos de la agencia de seguridad alimentaria de
EEUU, la Food and Drug Administration (FDA), hasta 150 marcas
comerciales se han visto afectadas y se ha procedido a la retirada de
más de 5.000 productos de pienso y de comida enlatada para gatos y
perros, lo que supone la devolución de millones y millones de paquetes
y latas de comida para animales (se estima que sólo la primera empresa
afectada tuvo que recuperar 60 millones de unidades).
Proteínas vegetales de origen chino.

La principal hipótesis de la contaminación apunta a la melamina
presente en proteínas vegetales de origen chino
Aunque al principio se habló de que los productos estaban contaminados
con raticida, en abril se identificaba como posible agente causal el
gluten de trigo y la proteína de arroz adulterados con las que se
elabora la comida para los animales. Esta materia prima, importada de
dos empresas chinas, estaría contaminada por melamina, una pequeña
molécula que se usa en la industria como retardante de llama y en la
fabricación de polímeros. También se usa como fertilizante en algunos
países (pero no en Europa ni en EEUU). La melamina fue hallada tanto
en las proteínas vegetales de origen chino como en muestras de los
animales muertos, de ahí que sea la principal hipótesis a la hora de
explicar la contaminación. No obstante, informaba la FDA, la melamina
provoca trastornos a niveles mucho más altos de los encontrados en los
productos adulterados.

«Hay una ausencia real de datos sobre la toxicidad de la melamina
excepto por algunos antiguos estudios en ratas», explicaba David
Acheson de la FDA en una rueda de prensa. Aquellos estudios indicaban
que en niveles altos de ingestion, la melamina puede llevar a
trastornos en forma de piedras en la vejiga y en última instancia
cáncer. Esos niveles son «mucho más altos que los que hemos visto en
el consumo de animales». Por todo ello, los expertos creen que la
toxicidad se debe a la interacción entre la melamina y algún otro
compuesto relacionado con la melamina. A principios de mayo, la
Universidad del Estado de Michigan notifica que ha hallado en muestras
de los animales muertos varios contaminantes además de la melamina,
entre ellos el ácido cianúrico, un metabolito de la melamina. La
hipótesis, aún sin confirmar por la FDA, es que estos compuestos, que
por sí solos no son muy tóxicos, serían mucho más dañinos al darse
conjuntamente ya que reaccionarían formando cristales que bloquearían
el funcionamiento de los riñones. Hasta la fecha, la FDA ha recibido
unas 10.000 comunicaciones de ciudadanos afectados, se han notificado
a través de organismos veterinarios la muerte de hasta 3.600 perros y
gatos, aunque de ellos sólo se han podido confirmar 16 casos como
atribuibles a los productos adulterados.

Se extiende a granjas de aves y cerdos

La preocupación aumenta cuando a finales de abril la FDA comunica que
se ha detectado el uso de gluten de trigo adulterado en granjas de
aves y de cerdos. Según estimaciones oficiales, unos 3 millones de
pollos habrían sido alimentados a lo largo de febrero con el pienso
contaminado, sacrificados en marzo y habrían entrado en la cadena
alimentaria. En el caso de las granjas porcinas, se calcula los
animales alimentados con pienso adulterado en unos seis mil.

No obstante, se descarta que haya riesgo para humanos. Primero, porque
los niveles de contaminación en este caso serían muy bajos -sólo un 5%
del pienso de los pollos y de los cerdos estaría constituido por ese
gluten de trigo adulterado, según la FDA. En segundo lugar, porque la
melamina se excreta por la orina en el caso del cerdo. Una tercera
razón, argumentaban los expertos de la agencia en una rueda de prensa,
porque los humanos no comen exclusivamente cerdo o pollo, al contrario
que un animal de compañía, que come en exclusiva su pienso o comida
enlatada. La proporción de tóxico ingerido no es la misma. Incluso en
niños pequeños, si comieran pollo, los niveles del contaminante siguen
siendo muy bajos, dice la FDA. Por ello, y por el hecho de que no se
ha dado ninguna incidencia en humanos, no se ha procedido a retirar
ningún producto relacionado con el pollo y el cerdo.

Aunque la FDA ha descartado que pueda haber otros productos de consumo
humano contaminados por el gluten de trigo y la proteína de arroz,
está recomendando a los fabricantes que usan proteínas vegetales sobre
la necesidad de analizar las materias primas para detectar la
presencia de melamina. Asimismo, ha restringido además la importación
no sólo de los productos de las dos empresas fuente de la
contaminación sino también de otras proteínas vegetales procedentes de
China en general: gluten de trigo y de arroz, proteína de arroz,
concentrado de proteína de arroz, gluten de maíz, proteína de soja,
entre otros.

¿Un fraude legal?

El problema habría quedado limitado a una contaminación accidental si
no fuera porque entre finales de abril y principios de mayo, algunas
fuentes revelan en medios de comunicación, como la CBS o Associated
Press, que la adición de melamina en las proteínas vegetales es una
práctica habitual en China para conseguir que compuestos como el
gluten de trigo tengan un contenido proteico aparente mucho mayor. ¿Es
plausible la hipótesis del fraude? Químicos consultados por
CONSUMASEGURIDAD explican que el efecto de añadir melamina es,
efectivamente, un aumento en los niveles de nitrógeno, que es
precisamente lo que se analiza cuando se quieren ver los niveles de
proteína.

Ninguna fuente oficial ha confirmado que esta práctica sea una
realidad (lo que llevaría automáticamente a asumir que la
contaminación podría estar mucho más extendida). Sin embargo, en el
mismo mes de mayo el gobierno chino ha prohibido el uso de este
producto en la producción de alimentos, aspecto que hasta ahora no
estaba regulado. «Hasta donde yo sé, no hay regulación que haga esto
[añadir melamina] ilegal», declara Ji Denghui, de una empresa química
china, a la agencia de noticias Associated Press. «Por lo que respecta
a si la melamina es tóxica o no, creo que no hace ningún daño si está
sólo en cantidades muy pequeñas. De otra forma, las compañías no lo
harían [añadir melamina]». Se trataría, pues, de un fraude surgido a
la sombra de un vacío legal.

NO AFECTA A EUROPA

La alerta alimentaria por melamina no ha afectado, hasta la fecha, a
los países europeos. Fuentes de la Agencia Española de Seguridad
Alimentaria (AESAN) informaban a este medio que para que hubiera tal
alerta tendría que haberse detectado en cualquier punto de las aduanas
la entrada del producto de las dos empresas chinas fuente de la
contaminación. Igualmente, dos de las empresas afectadas explicaban
que en España no ha habido incidencias. La materia prima usada para
hacer los piensos en las plantas europeas, explicaba una de ellas,
proviene de Europa, así que no existe tal riesgo.

La prohibición impuesta por el gobierno chino sobre el uso de la
melamina en la producción alimentaria y el cierre de las fábricas que
pueden haberla usado alimenta la sospecha de hasta dónde llegan las
prácticas de producción en el país oriental y hasta dónde el control.
Según informaba la CBS a finales del pasado abril, China insiste en
que cada contenedor con productos agroalimentarios es inspeccionado
pero la realidad, según algunos expertos, es que los puntos de control
estricto «son raros». Por otro lado, también están los medios: es más
fácil que para detectar pesticidas o alimentos adulterados las
empresas extranjeras dispongan de aparatos más sofisticados de los que
dispone el propio gobierno chino, informaba ese medio.

Las asignaturas pendientes son múltiples para una industria que se
está desarrollando. Muchas granjas en China son pequeñas y están
vendiendo su producción a países extranjeros con regulaciones muy
diversas, que afectan al pesticida usado, a la alimentación de los
animales, a los aditivos... No es sólo lo que se ponga en los
cultivos, sino también el estado de la contaminación en la tierra y
las aguas, que afecta a los campos de cultivo y piscifactorías y sus
productos. Los retos que debe superar la producción alimentaria China
son enormes.

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